Una aventura inesperada

Anónimo

El libro estaba en el ático hace años, incluso siglos, esperando a que alguien no solo lo leyera, sino que lo viviera. Quería que alguien cambiara su final. 

Una tarde de abril, cuando estaba limpiando el ático, Nyra encontró un muy viejo libro que no fue para nada lo que esperaba, pues al abrirlo, la transportó al interior. Nyra despertó sintiéndose mareada en medio de un bosque frío que había perdido todo su color. 

Iba a empezar a caminar cuando escuchó un grito desgarrador que hizo que todos los cuervos se alejaran volando. Ella no siguió su ejemplo, en su lugar buscó de dónde provenía. Sus sospechas eran la realidad, cuando llegó vio a una mujer a la que estaban torturando. Pero Nyra no se fue, esperó a que los soldados no estuvieran y se acercó. 

—Te mandaron a matarme —dijo la desconocida. 

Nyra, aún confundida, dijo: 
—No, ¿Por qué te mataría? Solo quiero saber ¿Por qué estás aquí?

La desconocida la miró irritada, parecía no notar la sangre que derramaba su cuerpo cuando habló. — Como si no supieras que mi madre, la bruja Morwenna, está acabando con Lunareth, y cuando intenté impedírselo me mandó a matar y torturar — Nyra estaba boquiabierta —No lo sabía, lo único que sé es que abrí un libro y llegué aquí. 

La desconocida asombrada se disculpó mientras Nyra la desataba—. Mi nombre es Lya, por cierto —dijo la desconocida. 

—El mío, Nyra. 

Y así empezaron a hablar mientras se alejaban del lugar en el que Lya estuvo cautiva. 

Después de horas de hablar, Lya le contó a Nyra el plan que tenía en mente para vencer a Morwenna, y Nyra decidió ayudarla a completarlo. 

Mientras terminaban de organizar todo, los guardias se dieron cuenta que Lya no estaba, pero en lugar de decirle la verdad a Morwenna, le dijeron que ya la habían matado… 

Nyra se encontró en una situación incómoda cuando Lyra le dijo cómo iban a llegar al castillo de la bruja. 

—No puedo hacerlo —dijo Nyra. 

—Es la única forma —le respondió Lyra. 

Así que Nyra aceptó y se montó en Nythra, una dragona, mientras Lyra se montaba en Vaelyra, y alzaban vuelo. 

Cuando aterrizaron y entraron al castillo Lya empuñó la lanza que tenía en la espalda, sorprendió a su madre Morwenna por detrás, empujándola a un cuarto oscuro y encerrándola en él. Trabó la puerta con la lanza por fuera y Lunareth volvió a la normalidad. 

Minutos después, Nyra y Lyra se despidieron y el libro devolvió a Nyra al mundo real con una aventura que nunca iba a olvidar. 

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