Luciana Toro Aranzazú

El wakeboard es una modalidad de esquí acuático que combina elementos del esquí, el surf y el snowboard. Se practica con una tabla que se desliza por la superficie del agua, mientras eres arrastrado por una lancha.
Durante el recorrido se realizan saltos y giros. Normalmente, una competencia se compone de una boya de entrada y una de salida. En esta pista (de 300 a 600 metros) puedes hacer la mayor cantidad de trucos, y lo mismo en el recorrido de vuelta. Solo tienes la oportunidad de caerte una vez; si te caes por segunda vez, tu turno termina. Por eso, uno de los mayores retos del wakeboard es mantener el control y la estabilidad sobre la tabla. Cada truco requiere mucha práctica y concentración, porque un mínimo error puede hacerte perder el equilibrio.
La disciplina es una de las cualidades más importantes para este deporte: se entrena la fuerza del cuerpo, la resistencia, la precisión y, lo más importante para mí, la resiliencia y la perseverancia. Siempre hay días buenos y malos, pero si algo me ha enseñado este deporte es que siempre hay una oportunidad para levantarte y hacerlo mejor. Convertir cada golpe en pasión, aprender de los errores y seguir adelante es parte del proceso. Es difícil vencer los miedos para intentar cosas nuevas, pero, al fin y al cabo, de eso se
trata: de saber que las ganas van más allá de la mente y que hay barreras que debemos romper para llegar más lejos.
El wakeboard me ha llevado a lugares donde nunca pensé llegar. No solo es adrenalina, se ha convertido en una pasión. He conocido personas que se arriesgan a todo, personas demasiado tesas, cada una con su propio estilo, que se convierten en inspiración para seguir creciendo. Todo empezó con mis primos y una niña de siete años que le tenía miedo a meterse al agua, pero que aprendió que nada está escrito y que tú puedes decidir qué hacer. Mis primos ya practicaban este deporte y competían, y así empezó mi vida en el wakeboard. Empecé a esquiar y competir a los siete años, y esa misma disciplina me llevó a participar en dos campeonatos latinoamericanos, en los cuales obtuve el segundo y el tercer puesto; en un panamericano donde quedé de cuarta; una invitación al mundial; y un puesto en la selección Colombia y Antioquia. He aprendido que no todo es imposible, que esas metas que parecen imaginarias no están tan lejos.
A nivel mundial, este deporte ha ganado popularidad desde los años noventa y hoy en día cuenta con campeonatos internacionales como el World Wakeboard Championships, además de su reconocimiento como disciplina oficial en los World Games y su participación en numerosos torneos continentales.
El wakeboard es mucho más que una tabla sobre el agua. Lo que muchos ven como un pasatiempo, sin conocer a fondo lo increíble que puede llegar a ser, se convierte en una combinación de determinación, disciplina y resiliencia. Es un deporte que reta los límites de la mente y también del cuerpo, que enseña a confiar en ti mismo y a vencer tus miedos.
