Manuela Pérez Patiño – 10B
Esta copa no es un torneo común, sino una puerta mágica que se abre cada cuatro años. Cada criatura aguarda con la apertura y espera con ansias que ya empiece. Recuerdo esa semana con emoción.
Nos brillaban los ojos y parecía como si el deporte despertara poderes ocultos. Nos preparamos, entrenamos, luchamos y, al momento de entrar a la cancha, las redes brillaban, los balones parecían tener vida y cada punto retumbaba como trueno.
Los partidos avanzan, los puntos suben y, al terminar, la felicidad y el aprendizaje quedaron.
