Daiana Rosa Duque Almarza – Madre de familia
Desde mi ventana te vi; ya tenía las mejores referencias de ti.
Un día de diciembre tuviste una pérdida, despediste a tres afectos y decidiste abrir tus puertas para que todos se acercaran a llorar su partida. Desde mi ventana recé contigo.
Llegó enero y estrechamos nuestros lazos, te entregué mi tesoro más preciado y entre mi tesoro y yo hicimos un pacto, que tenía como protagonista un recreo, un árbol y mi ventana; durante unos días pude alzar mi mano y saludarla y desde mi ventana me sentí segura de ti como segundo hogar para ella, mi hija Miranda.
