Juanita Moreno Tirado y Luciana Villada Acevedo
Hace unos años, en un pueblo llamado Arboleda, vivía una niña llamada Mariana. Un día, al salir de la escuela, Mariana y sus amigos fueron al centro del pueblo a comer helado. Allí, unos señores anunciaban que al día siguiente se abriría un nuevo laberinto. Al escuchar la noticia, todos se entusiasmaron y decidieron ir. Al día siguiente, Mariana llegó muy feliz con sus amigos al laberinto. Aunque tenían ganas de recorrerlo juntos, les dijeron que cada uno debía ir por un camino diferente. Mariana y otra niña decidieron entrar solas porque ya habían gastado mucho dinero para acceder al lugar.
Al entrar, Mariana comenzó a escuchar unas voces que le susurraban, lo que le dio mucho miedo. Después de un rato, “muerta” del pánico, empezó a correr y a gritar. Corrió tanto que, finalmente, se dio cuenta de que el laberinto parecía no tener fin.
Mientras tanto, los padres de Mariana, al notar que había pasado mucho tiempo sin volver a casa, llamaron a la policía, iniciaron una investigación, pero no lograron encontrarla., lo que sí descubrieron fue el cuerpo sin vida de una amiga suya.
Por su propia voluntad, Mariana intentó regresar por el camino por el que había entrado, pero comenzó a ver cosas paranormales y comprendió que estaba completamente perdida. La policía, en un último esfuerzo por encontrarla, envió un helicóptero para que la recogiera. Desde el aire, lograron verla y la rescataron.
Cuando estaba de regreso Mariana, contó todo lo que había vivido en el laberinto y por esto, las autoridades decidieron cerrarlo definitivamente.