Celeste Rivera 9B
“El silencio es el espacio donde la mente encuentra su propia voz”- Bryan Katie
¿Alguna vez has estado tan solo que lo único que escuchas son tus pensamientos yendo y viniendo? La conciencia nos habla constantemente, en especial, cuando el silencio invade nuestro espacio. La mente toma el control, las ideas fluyen y tu cabeza da vueltas. La cabeza reflexiona sobre cada detalle de lo que hemos hecho y lo que no, de los planes que haremos, de las personas que conocemos. La ausencia del sonido permite la introspección, la calma y el encuentro con uno mismo.
Las personas buscan el silencio para que la conciencia hable y aclare las ideas, piense sobre los proyectos a futuro y resuelva los problemas. Es necesario tener un momento de conciencia y concentración para poder trazar el camino de nuestras vidas. La mente tiene la capacidad de crear y resolver cuando no hay situaciones que distraigan alrededor. El silencio se debe tomar como un arma y no una desventaja, debemos usarlo bien y no de una manera abusiva ni de una manera que te desconecte completamente de la realidad.
El silencio permite que surjan ideas originales y creativas o en el caso de Luis, en el libro “Relatos de un náufrago”, el silencio le permitió hacer cálculos y planes de supervivencia creativos, usando lo que tenía a su alcance, tomó ventaja de su ambiente y lo usó a su favor, analizó lo que tenía, los animales que los rodeaban y así consiguió vivir 10 días en el mar; así logró mantener viva la esperanza. Grandes pensadores y artistas han encontrado en el silencio, el momento perfecto para desarrollar sus proyectos e innovar.
En conclusión, el silencio es un momento que a veces es necesario para recuperar el equilibrio y darles sentido a nuestras acciones. En el silencio, se crea un el mejor ambiente para reflexionar sobre nuestras ideas y decisiones. Al eliminar las distracciones que hay alrededor, podemos conectar profundamente con nuestra mente y entendernos mejor.
Nos ayuda a reducir el estrés, a mejorar la concentración y a manejar las emociones. En el silencio, se encuentra el espacio para escuchar los pensamientos, comprender y darle sentido a nuestra vida.