Valentina Barrera Ordoña – 5AF
En 2017 llegó a Cumbres una niña con mochila pequeña y sueños gigantes. Aprendió a escribir su nombre, pero también a descubrir quién era. Cada año fue una escalada: nuevas amigas, valores y retos. Cayó, lloró, pero siempre hubo una mano que la levantó.
En Cumbres no solo creció en estatura, también creció en alma.
Hoy mira atrás y ve un camino lleno de pasos firmes, guiados por esfuerzo y alegría, desde aquel primer día supo que esa montaña no era imposible. Porque ahí cada peldaño siempre la acercó a la cima.
Y ahora sigue subiendo… con el corazón en alto.