Elisa Albarracín 11
La lectura nos somete a un mundo donde la ignorancia es casi inexistente, un mundo que se ha desenvuelto a través del tiempo y, adicionalmente, con el apoyo de descubrimientos innovadores pertenecientes a distintos ámbitos ya sean fueran, históricos o culturales. Sin embargo, la tecnología ha sido responsable de debilitar los hábitos de lectura, especialmente en los jóvenes. Debido a esto, se han convertido perezosos y han olvidado el valor de leer.
Según el estudio de Keith Stanovich (psicólogo) en 1990, la capacidad de expresarse oralmente y el uso de un léxico amplio, incrementa hasta un 50% cuando acostumbras a leer constantemente. A la vez, se enriqueces el sistema cognitivo, creando conexiones cerebrales que, por consiguiente, generan un mejor rendimiento académico en cada una de las materias escolares. Este dato fue evidenciado por los investigadores Matt Brown y Allice Sullivan del Instituto de Educación OIE.
No se ven beneficios intelectuales únicamente, sino también beneficios para la salud mental de las personas. “Solo son necesarios serios minutos de lectura diaria para reducir significativamente el estrés: hasta en un 68%… Además reduce el ritmo cardíaco, por lo que relaja y permite descansar”. Dice el neurólogo Davis Lewis en una investigación publicada en The Telegraph.
La lectura nos permite analizar de una forma detallada situaciones de nuestro día a día, alcanzando una mayor comprensión y entendimiento de ellas y facilitándonos un desarrollo en el entorno social que nos rodea. Simultáneamente, la lectura nos refuerza la capacidad de argumentar puntos de vista, teniendo en cuenta otras posibles perspectivas.
Es fundamental poner en práctica la costumbre de leer, puede ser cualquier texto de interés ya que igualmente brindará un buen insumo para el crecimiento personal, auto superación y un buen aprovechamiento del tiempo.