Anónimo

La vida se trata de ser libres, hacemos la tarea pensando en que si la terminamos, vamos a descansar. Todos los días buscamos hacer lo que tenemos que hacer más rápido, para descansar. Incluso todo este proceso al que llamamos vida se resume en eso ¿Por qué después de trabajar 62 años (en el caso de los hombres en mi país, Colombia), decidimos por fin descansar? Esto no es libertad. Porque la libertad no es libertad sin responsabilidad.
La relación entre la libertad y la responsabilidad se asemeja a la del viento presente en los mares y el timón de un barco que navega en este. El viento es libre, va y viene sin preocupación y sin rumbo propio. Es una fuerza que por sí sola puede ser poderosa, pero un barco que se deja llevar por solo el viento, se pierde en el mar. El timón, por otro lado, es lo que dirige el barco, avanza con la ayuda del viento, pero es el que guía si el barco va hacia a babor o a estribor. Un barco guiado con la fuerza del viento y el timón del barco jamás se perderá en el mar, de igual manera un individuo guiado por la libertad y responsabilidad no se perderá en la vida.
Si nunca has profundizado en estos conceptos creerás que la libertad y la responsabilidad son palabras sin nexo o hasta contrarias. Pero nada más lejos de la realidad. Para Platón la libertad se entiende como la capacidad de actuar conforme al bien y la justicia, guiado siempre por la razón, “La justicia consiste en que cada uno haga lo suyo, no interfiera en lo que le corresponde a los demás, y así se armoniza la ciudad” (Platón, 2003, p. 433a), vincula conceptos como la responsabilidad con la justicia, mismo que se utiliza para definir la libertad.
Asimismo, para que la libertad sea libertad debemos actuar guiados por la razón, porque si no lo hacemos sería libertinaje. Vivimos en una sociedad en la que se focaliza mucho más en la libertad individual (Libertad del individuo sin responsabilizarse de afectar a otros) que en la que yo bautizo como Libertad responsable. Podemos ver como personas deciden lucrarse a costa de hacerle daño a otros, siendo egoístas. Por ejemplo, quienes venden narcóticos saben que le dañan la vida de las personas, pero hay mucho dinero en ellos o el dueño de un casino que sabe que tiene la culpa de la adicción de muchos individuos y del sufrimiento de sus allegados, pero prefiere seguir lucrándose. Esto no pasaría si estos seres egoístas decidieran hacer uso de su libertad responsable en vez de su libertad individual o libertinaje.
De igual manera estas prácticas no son nuevas ni mucho menos. Desde el imperio Romano se utiliza la llamada Política panem et circenses o pan y circo en español, que curiosamente también se usa como expresión popular. Esta política se refiere a la acción de proporcionar elementos gratuitos, eventos públicos como luchas o hasta asesinatos para encubrir el desorden o crisis de un gobierno. Esto no solo es culpa de los líderes que claramente están siendo egoístas, sino también es compartido con el pueblo que solo se enfoca en lo importante para ellos mismos sin preocuparse de la hambruna, pobreza o demás contrariedades, hasta que las viven en carne propia. Un ejemplo de esto se dio en mi país Colombia el miércoles 6 de noviembre de 1985, que mientras una organización, presuntamente terrorista llamada Movimiento 19 de abril (M-19), tomaba el palacio de justicia en la capital Bogotá, los canales más importantes de noticias mostraban partidos de fútbol y en plena plaza en la que pasó el suceso, mientras morían cientos de personas y se daba una autentica lluvia de balas un hombre acaparaba la atención de todo el mundo alimentando tranquilamente a unas palomas ahí presentes.
Después de presentarte la cara mala de la moneda, el barco controlado solo por el viento también quería destacar que existen hombres diferentes, buenos, que tienen la oportunidad de hacer el mal y hacen el bien, en vez de regirse por su individualismo deciden pensar en los demás y hacer lo correcto. Abraham Lincoln es el perfecto ejemplo de libertad responsable. Él se convirtió en el décimo sexto presidente de los Estados Unidos, era uno de los hombres más poderosos del mundo, con una riqueza que iba creciendo exponencialmente y un poder inexorable. Lincoln hizo algo que dejó a todo el mundo anonadado. Decidió dar el paso y abolir la esclavitud en un mundo en el que era algo normal. Él era libre de hacer el mal, pero decidió responsabilizarse y hacer las cosas bien.
Por otra parte, en el confucianismo, un sistema de pensamiento o corriente filosófica muy popular en Asia oriental, se promueve la idea de que la libertad del individuo no debe estar desvinculada de la responsabilidad, el que no es responsable no es libre y de igual manera que no es libre no es responsable. Confucio habla de la “Ren” (仁), en su famoso libro Analectas de Confucio que es la versión escrita de unas charlas que impartió a sus discípulos escrito por ellos. “El hombre de Ren (仁) es el que, al actuar, piensa en los demás. Es decir, que su corazón está puesto en lo que es correcto, no solo en lo que le beneficia a él mismo” (Confucio, 2007, p. 150). que puede traducirse como humanidad, benevolencia o bondad, conceptos profundamente asociados con la responsabilidad. Según Confucio, la verdadera libertad del individuo radica en actuar con Ren, es decir, actuar con empatía y amor hacia los demás. Conceptos inaplicables sin ser responsable de tus propios actos. La libertad no es hacer lo que uno quiera sin importar las consecuencias para la comunidad, sino ser libre para actuar moralmente y de manera responsable hacia los demás.
En conclusión, los hombres, por naturaleza, somos mediocres, siempre queremos hacer menos, ser libres sin ser responsables. Ojo: no todos somos así, y todos queremos, de algún modo, dejar de ser de esa manera, soñamos con hacer siempre lo que tenemos que hacer cuando lo tenemos que hacer, incluso si nadie lo quiere hacer, ser responsables, siendo libres. Porque no es lo mismo hacerlo si te obligan a hacerlo. Este ensayo busca eso, recordarte que la libertad y la responsabilidad no existen la una sin la otra, que un barco sin viento no se mueve y uno sin timón se pierde, que nuestro deber es ser buenos con nosotros y mejores con los demás, que los líderes deben pensar en su pueblo y el pueblo debe dejar de pensar en solo ellos mismos, que existen hombres buenos que podrían ser malos y por último que la libertad y la responsabilidad no son dos conceptos distantes sino uno mismo, no son dos mundos distintos, sino dos caras de la misma moneda.
(Platón, La República C. Eggers Lan, Trans-2003, Editorial Tecnos)
(Confucio, Analectas J. L. García de la Torre, 2007, Trans Editorial Gredos)
