Juliana Rivera 10ºC
El 13 de mayo de 1917, en Fátima, tres niños aseguraron ver a la Virgen como “una figura que brillaba como el sol y poseía una inmensa belleza”. Estos eran Francisco y Jacinta Marto, ambos hermanos, y su prima, Lucía Dos Santos, quién fue la que describió por escrito dichas profecías y eventos. Fueron seis veces las que se les apareció la Virgen, así revelándoles tres secretos a los pastorcitos.
La Santa Madre de Dios les dijo a los infantes que su santo Rosario debía ser rezado todos los días; también como Jesús desea establecer en el reino de los hombres el inmaculado corazón, prometiéndoles la salvación a aquellos que acogiesen la devoción y siguieran su palabra. Los niños pidieron un milagro por su parte para poder demostrar de alguna manera la veracidad de sus palabras. Y así fue, el 13 de octubre, ella hizo un milagro que fue presenciado por una toda multitud en su última aparición; este milagro, llamado El Milagro del Sol, logró convertir a miles en la fe católica: después de una lluvia torrencial, la Virgen pudo secar la ropa de los testigos, el lodo que llegaba hasta los tobillos, moviendo el sol de una manera que desafiaba todas las leyes de la física, y curar a los enfermos que presenciaron este suceso.
Los primeros secretos fueron revelados en agosto de 1941, en Cova da Iria, donde los pequeños pastoreaban su rebaño. El primero, según los escritos, fue descrito como “una visión del infierno”. En esa visión se apreciaba un mar de llamas, demonios que se diferenciaban por sus formas de animales desconocidos, pero por la transparencia y oscuridad de estas: el infierno. En el segundo secreto, se puede inferir la predicción del final de la Primera Guerra Mundial y el inicio de la Segunda, mencionando que algo pasaría durante el papado de Pío XI. Al final de todo, ella promete paz y el fin de la guerra si dejan de ofender a Dios, pidiendo la consagración de Rusia y la comunión todos los sábados; de lo contrario, cuenta la persecución de la Iglesia, el sufrimiento del Santo Padre y guerras que no dejarán descansar: “si se escuchan mis peticiones, Rusia se convertirá y tendrán paz; si no, esparcirá sus errores por el mundo, promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia”.
Con respecto al tercer y último secreto, Lucía Dos Santos lo guardó en un sobre por escrito, el cual fue recibido por el Vaticano en 1957 y fue hecho público por el Papa Juan Pablo II en mayo de 2000. Éste sobre describía un ángel pidiendo penitencia, con una espada de fuego en su agarre izquierdo. Junto a él, se veía al Papa con algunos clérigos escalando una montaña, pero fallando al ser asesinados por las balas y flechas de unos soldados. ¿Suena familiar? Tal vez sea así para algunos, ya que este tercer secreto predijo el atentado contra Juan Pablo segundo, siendo disparado por un pistolero el 13 de mayo del 81. El Papa confesó que sobrevivió gracias a la “intervención divina de la Virgen María” y el tercer secreto de Fátima, más tarde donando la bala.
Sin embargo, ¿qué significa todo esto? ¿cuál es el propósito de estos secretos? El Papa Benedicto XVI explica que son revelaciones con la intención de ayudar a vivir más plenamente de acuerdo con las enseñanzas de Jesús. Expresó de igual manera que son “revelaciones privadas” (aparición, visión, milagro…), dando el contraste de una revelación pública como lo es la Biblia.