Isabel Botero Gómez 9°BF
Mi nombre es Cata y estaré escribiendo sobre mis teorías…. Desde pequeña he seguido mis sueños, he encontrado respuestas a todas mis preguntas, he alcanzado mis metas, he sido becada, pero aun así no es suficiente.
Mi sueño más deseado es encontrar respuesta a una pregunta que parece ser que todos los seres humanos se hacen, pero no se esfuerzan en encontrar una respuesta coherente. Con el paso de los años, se han tomado esta importante pregunta como un chiste, haciendo memes, especulaciones falsas, entre otras cosas.
Así que hoy, a mis 14 años, he decidido terminar con la pregunta, terminar con las especulaciones y contestar si somos realmente los únicos en el mundo.
Presiento que tendré muchos problemas, ya que, al ser tan menor, me verán con menos poder… pero cuando sepan todo lo que yo sé, probablemente podríamos conformar un equipo.
¡Casi lo olvido! Estoy hablando de mis compañeros de clase. Bueno… en realidad, ¿podrían ser compañeros? Tienen aproximadamente unos 20 años, y aunque esto pueda parecer mucho, para ellos no lo es; se enfocan en hacerme la vida imposible.
Me acuerdo que el primer día que llegué, me hicieron una pequeña broma… bueno, está bien, una ¡GIGANTE! No sé qué les estaba pasando por la cabeza al tirarme todas mis herramientas por la ventana; pero se equivocaron de persona. A los 10 minutos, ya había resuelto todo, sin ninguna ayuda. Ellos acabaron en suspensión y tuvieron que comprarme herramientas nuevas y mejores. No voy a entrar en detalle, ya que pienso que encontrar la respuesta a esta pregunta es más importante que contar una vieja anécdota.
Ahora sí, comencemos con mi teoría… he estado analizando el cielo y sus alrededores por aproximadamente 12 años, desde que tengo memoria. Se podría decir que soy dedicada y concentrada a las cosas que me gustan y me inspiran.
Hoy a las 12:00 p.m. sentí una extraña sensación que me guiaba hacia el ático de mi casa. No sabía muy bien por qué, ya que nunca he querido entrar ahí. Seguí esta sensación y llegué hasta la puerta del ático, la sensación se volvió más intensa… no sé cómo describirla, era algo que nunca había experimentado.
Tardé aproximadamente 30 minutos en abrir esta puerta, ya que como mis padres no estaban; tuve que cortar un pedazo de la puerta para poder entrar.
¡no había luz! Qué más podría pasar… aunque, claro, como nunca es suficiente, había ratones y otros roedores. En este preciso momento, tenía dos opciones: me podía devolver o podría seguir y averiguar qué causaba esta extraña sensación. Claramente, como soy tan curiosa, decidí seguir para llegar al fondo de esto. No crean que fue algo fácil, le tengo miedo a los roedores.
Como no conocía muy bien el ático de mi casa y menos sin luz, lo único que hice fue confiar plenamente en mis instintos, hasta que por fin llegué. Estaba más que confundida, no veía nada relevante o importante que me pudiera causar esta sensación. Pareciese que llegué a un extremo.
Pero después… ¡empecé a ver una extraña luz morada! Parecía un eclipse, pero no sabía muy bien, ya que nunca lo había visto.
Era tan poderoso que a duras penas logré abrir mis ojos y visualizar este evento… cuando los logré abrir era porque ya se había terminado, como la sensación, fue como si tuviera un botón de apagar y prender.
Desde ese día, no he sido capaz de descifrar muy bien lo que pasó, lo único que sé, es que he sido 10 veces más astuta de lo que era antes, 10 veces más rápida, 10 veces más paciente… Era como si este me hubiera mejorado las habilidades que tenía anteriormente.
No sé si algún día sea capaz de contarle esta anécdota a las demás personas, lo único que sé es que por ahora permanecerá en mis diarios.
Con amor y emoción,
Cata.