Un cambio mágico

Antonella Moscoso 9°AF 

Cada vez que Luna pasa por el bosque recuerda la gema y su experiencia mágica. 

Luna, una bella mariposa, cada vez que llegaba la noche soñaba en cómo se sentiría ser humano, le encantaba imaginar cómo sería caminar en un prado verde o nadar en el mar azul.

Una tarde en el bosque, a lo lejos, se veía un reflejo brillante. Luna, atraída por la luz, se acercó cuidadosamente. Al llegar, vio una gema verde que al mirarla reflejó una imagen que los sorprendió, era ella misma como un humano. De repente se escuchó una voz que provenía de la gema, Luna se asustó al oírla, la gema le dijo que no se preocupara, que estaba ahí para cumplirle su deseo. 

Luna emocionada le preguntó que cuando le cumpliría su sueño, la gema le dijo “cierra los ojos”; Luna lo hizo, y sintió lo que era tocar el suelo con sus propios pies. Luna no podía creer que fuera humana. Emocionada, le preguntó a la gema cuánto tiempo podría ser humana. La gema le respondió que estaba en sus manos decidir en ser una mariposa o una humana. Luna al oír eso no sabía bien qué elegir, la gema al verla muy pensativa le dio unos días para decidir su respuesta.

Luna disfrutaba en el bosque de otra manera, recorriéndolo y caminando por todos sus senderos. Al llegar al lago la sensación de tocar el agua con sus pies sintió algo inimaginable. 

Cada día que pasaba Luna experimentaba algo diferente. Una tarde Luna miró al cielo y extrañó el poder volar. 

Decidida esa misma noche fue donde la gema y le contó cómo se sentía. La gema al escucharla le preguntó si estaba segura. Luna le respondió que amaba ser humana y poder correr, saltar, pero extrañaba poder ver paisajes desde el alto. Luna cerró los ojos y al abrirlos volvió a ser una mariposa más fuerte, alegre y vibrante. 

Luna era otra vez mariposa, pero se sentía decidida y alegre al ser otra vez ella misma. 

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