YA NO ESTÁ.

Maria José Navarro 9°AF

“Con la llegada del calor, el frío se derritió y dejé de sentirme entumecida”  

Y entonces todo cobró sentido.  

Sentí un dolor tan profundo que no sé dónde acaba ni dónde comienza.  

El agua despeja la orilla y choca con las rocas una y otra vez, hasta dejar la superficie plana y despejada. Así estaba mi mente. Los recuerdos a su lado llegan rápidamente, haciendo que deba tomar asiento para lograr acomodarlos todos en mi mente.  

Desde que Joe murió, mi mente ha estado en blanco. Me pregunto cómo es posible que días atrás fuera capaz de asistir a su funeral y no derramar ni una lágrima. Tengo la sensación de que eso sucedió hace años, pero fue tan solo hace tres semanas que partió mi otra mitad, mi complemento. No pensé que después de esa noche de karaoke, al día siguiente al abrir los ojos, lo viera a mi lado igual que todas las mañanas, pero esta vez sin posibilidades de volver a ver sus ojos castaños.  

Intento descifrar cada recuerdo que llega a mi cabeza, pero es imposible, momentos en la universidad mientras él tocaba su guitarra, cuando hablábamos por horas y horas del porqué los pingüinos son los mejores animales del mundo, las veces en que él me pasaba a buscar y durábamos horas caminando los dos sin rumbo. Mi pecho se aprieta y salgo a la ventana a tomar aire. El mundo siguió, hace tres semanas estoy encerrada como si fuera un oso hibernando, no he visto a nadie ni respondo mensajes, no me he aparecido por el trabajo ni he organizado mi agenda como tanto me gustaba hacer.  

Joe no está. 

Es el único pensamiento que invade mi mente cada segundo que pasa. El sonido del reloj me recuerda al tiempo que llevamos separados desde que él se marchó para siempre.  

Observo por la ventana y siento el ruido de las calles, el mundo siguió su curso. Toda esa gente disfrutando del día, amigos saliendo a dar un paseo, los niños jugando en el parque, turistas conociendo más lugares en la ciudad… ¿cómo es posible que continúen con sus vidas sabiendo que la de Joe ha llegado a su fin? Deberían parar. Todos deberían de hacerlo. Los relojes, el gobierno, las festividades, los nacimientos, TODO.  

Porque Joe no está. 

Share

Leave a Reply

Your email address will not be published.