El País del Olvido

París, Montmartre, Sendero, Pavimento, Pueblo Viejo

Emiliana Santa Hurtado 8°A

En el país del olvido viví yo; en él se encuentra una gran vegetación de edificios hostiles y carreteras mal hechas, donde cada día se escucha a oído vivo la gente llorando en pequeños cubículos, sobornando los ojos con dinero de sangre y tapando sus sentidos con píldoras, píldoras que te prometen la vida que nunca te pudiste dar, y en donde tu mayor meta es aparentar la vida que te dijeron desde pequeño que debías tener.  

En este país se rigen grandes valores como la ignorancia y la esperanza, valores tan estúpidos como lo real, y que con ellos se pueden hacer discursos con promesas que te juran polvo, estrellas, y tierras enteras, pero lo único que traen es barro y un sorbo de amargura. 

 Con el paso del tiempo, su gente se va yendo, y el país del olvido se va haciendo tan solo un recuerdo borroso. 

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