Como muchos saben ya, las mujeres han tenido una dura, pero grande evolución a través de la historia, hasta el punto en el que estamos ahora. Este año es el sexagésimo sexto aniversario de uno de los logros más importantes para las mujeres del país digno de reconocimiento y conmemoración; la legalización del voto femenino. Ha sido un largo recorrido desde el inicio de la evolución de los humanos, durante el cual las mujeres han tenido que luchar por su reconocimiento. Aunque hayan existido civilizaciones en las que tenían igual participación que los hombres, muchas estuvieron reinadas por la desigualdad. Por ejemplo, en las comunidades vikingas y celtas había matriarcas que tenían a su cargo aldeas nómadas enteras y ejércitos de fieros soldados. Además, tenían total autonomía sobre su cuerpo y voluntad. Pero a diferencia de estas, fueron en su mayoría el tipo donde rol de la mujer fue puesto por debajo e incluso ignorado. En el comienzo de las civilizaciones nómadas se separaron los roles de las mujeres y los hombres; porque el cuerpo de la mujer era más delgado y el de los hombres tomaba una forma musculosa más rápido. Así, se les concedían roles que no necesitaban de mucho trabajo físico como las tareas domésticas por su estereotipada delicadeza.
El tiempo fue pasando hasta que los humanos encontraron el sedentarismo, y al tener la nueva faena de labrar el campo se vio la necesidad de mano de obra por lo que, se sacó a la mujer de los hogares y se les llevó al sector de agricultura, siendo así que tuvo un rol ecuánime en la razón social. Pero luego surgió una clase burguesa con el nacimiento del comercio y la artesanía, en la cual los protagonistas eran los hombres de nuevo, por lo que una gran parte de las mujeres regresaron a sus hogares a cuidar de sus hijos, de la casa y satisfacer a sus maridos. La necesidad de la mujer a ser sumisa y arduas represalias por parte de la sociedad, apagó por mucho tiempo las llamas de una reforma social, pero entrada La Edad Moderna por los tiempos de la Ilustración y muy influenciado por la Revolución Francesa, se comenzó a evaluar la creciente problemática social de esta desigualdad. En medio de la segunda ola, una mujer llamada Olimpia de Gouges propuso que además de “La Declaración de los Derechos del Hombre y el ciudadano”, se hiciera un documento bastante parecido, pero para las mujeres, llamado “La Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana”. Después de haber sido rechazado el documento, Gouges fue decapitada. Además de ella, surgieron muchas otras mujeres con ideales de igualdad, como la filósofa Mary Wollstonecraft. La respuesta de los jerarcas fue con una violenta opresión. Esto es lo que se conoce como la primera ola del feminismo, que da paso a la segunda ola del movimiento, que sucedió principalmente en los países anglosajones en la modernidad: el sufragismo. El principal suceso fue la exposición de “La Declaración de Sentimientos” en Seneca Falls que abogaba por la educación igualitaria y la participación de mujeres en un proceso de elección. Esta declaración la redactaron dos mujeres muy importantes en la historia del feminismo, eran Lucretia Mott y Elizabeth Cady Stanton. Aquí comienzan las manifestaciones en Estados Unidos y en Inglaterra, pero el problema es que el movimiento sufragista solo aboga por los derechos de las burguesas blancas, por lo que se crean variaciones del movimiento para la inclusión de mujeres con otras características. Una de las primeras en crear una micro-revolución, como se les llama, es Sojourner Truth con el feminismo negro. Después de esto, el movimiento estuvo en una pausa por todo el trajín que trajo la Primera y Segunda Guerra Mundial, pero luego, rebrota en su tercera ola. Es entonces cuando las mujeres comienzan a posicionarse en las sociedades, pero aún se tienen malas condiciones de vida dentro de sus hogares con problemáticas como por ejemplo la violencia doméstica.
Y es que es gracias al “sudor y la sangre” que derramaron muchas mujeres entre nuestra historia es que muchas victorias se han logrado. Fue por mujeres como de Gouges, Wollstonecraft, Juana de Arco, Marie Curie, y muchas otras, que todas tenemos una posición más clara e imponente en el mundo. Pero también, se debe reconocer a las respetables colombianas que han ayudado con este proceso en nuestra querida nación. Damas como Débora Arango, Margarita Holguín y Jesusita Vallejo en el arte, Josefina Valencia en la política, Betsabé Espinal y Mercedes Abadía en el movimiento obrero, Margarita Holguín, Lola Vélez y Emma Reyes en el muralismo, entre otras, realizaron exitosamente la legalización del voto en 1954. El incremento del porcentaje de mujeres en la ocupación de cargos sociales, la educación igualitaria y un aumento en la igualdad de pagos salariales, aunque todavía no se haya alcanzado por completo. Está claro que el trabajo que las mujeres han venido haciendo ha pagado muy bien, pero todavía no se ha alcanzado el objetivo del feminismo en sí, que es la igualdad de derechos para mujeres y hombres. Se puede decir que la historia de la humanidad nos ha denominado el cordero y al hombre el lobo, pero hemos dejado de serlo, para transformarnos en el segundo, mas no porque nos estemos convirtiendo en un depredador, sino en un igual. En una conmemoración al aniversario número 66 de la legalización del voto se deben recordar los éxitos que han tenido las mujeres en la cronología del mundo, pero también, se debe reconocer los retos que quedan todavía por delante. Por esto es por lo que se tiene que seguir con la lucha que se ha llevado a cabo durante siglos y no se eche a perder todo el proceso que han hecho, hasta ahora, las grandes guerreras de nuestra historia.
11ºC Luisa Lotero Pérez