Paulina Palacio 9AF
Estar contigo se siente como escuchar mi canción favorita por primera vez, abrazarte es tener mi corazón frente al tuyo, acariciarte es demostrarte lo que siento, lo que me haces sentir. Dices que enamorarse es horrible, pero solo lo es si lo piensas de esa manera.
Te has enamorado dos veces, pues yo igual; la primera dolió y me marcó, pero tú me sacaste de donde nunca pensé que saldría. Nos enamoramos y fuimos ciegos, cobardes. Nos lastimamos y lloramos. Todo se quebró, pero el tiempo lo arregló, nos reunió y tú me dijiste lo que sentías, lo que pasó, cómo me amaste, cómo me amas, lo que sientes, cómo lo sientes… y yo solo quería reír al ver semejante tristeza por la que pasamos, viendo que solo estábamos ciegos.
En fin, amarte se siente bien, abrazarte me encanta y hablarte es como volver a respirar de verdad. Algunas veces nos cegamos, nos ahogamos en un vaso de agua donde parados podemos respirar. Por miedo al rechazo o a ti mismo dejamos pasar oportunidades que solo se dan una vez. Dejamos que cosas maravillosas solo pasen y se vayan sin intentar. Sigues siendo mi ola, la ola que me acompaña en la vida, la ola que me saca de mis dudas. Y te lo agradezco, te extrañé.
Todo pasa por algo, y sé que te amo por algo.
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Es tan perfecto
pero tan transparente que ni lo puedo tocar.
Es muy único,
que hasta se siente,
es tan simétrico
que lo puedo imaginar.
Es de tinta y se puede leer,
le pertenezco y me hace llorar,
me hace llorar lagrimas de pétalos blancos
llenos de frio y belleza, llenos de amor y seguridad.
Se siente tan libre que puedo ser yo
sin tener que fingir algo que no soy,
se siente tan,
pero tan real,
que hasta las paginas las puedo escuchar,
se siente la música y se vive en la imaginación,
porque todo se imagina,
todo se piensa y se colorea,
Yo me entiendo y el igual,
algo que nadie podrá lograr,
aunque haya mil multiuniversos,
yo siempre viviré en el mío,
llamado lugar, mente y seguro ,
tiene muchas formas de nombrarse
e idiomas increíbles de hablarse,
pero esta es la mía y yo lo llamo
escape de realidades