Erika Santaella 12°
Estrés, sufrimiento, dolor, angustia, ansiedad, martirio, todos sentimientos que la gran mayoría de los seres humanos no quieren experimentar, buscan evitar. El cuerpo humano, siendo una “maquinaria” sabia, se protege de todo aquello que sea perjudicial para su sanidad, por lo que genera mecanismos de defensa, que terminan siendo fundamentales. Hoy en día las personas se enfrentan con una cantidad de retos que antes no existían, tales como la pandemia y la cuarta revolución industrial que hace referencia a la evolución tecnológica y la información inmediata. Por lo que los suicidios y demás acciones alarmantes han tenido un incremento, al igual como sucede en el libro “El Hombre en Busca de Sentido”, cuando los prisioneros no encuentran salidas a las situaciones vividas.
El ser humano tiene la necesidad de generar, innovar, usar su creatividad y distraerse. Al aburrirse, las personas suelen encontrar algo que hacer, para encontrarle un sentido al tiempo libre, hacer una actividad que se pueda disfrutar, un descanso a lo que esté pasando en el momento. Teatro, arte, juegos, usualmente son actividades a las que no les damos valor, pues suelen ser actividades sencillas y en algunos casos cotidianas, pero al no tenerlas, es aquello lo que el espíritu exige, se convierten en una necesidad. Las personas suelen evadir las cargas difíciles, para lograr ser positivos y evitar sufrir, es una protección. “Las personas más felices son las más tristes”, el humor es una distracción, para pasar el tiempo, usualmente los humanos consideran que pasar su carga emocional a otra persona es “malvado”, pues no quieren poner a dicha persona en esa situación, por lo que optan por reír y callar, verle el lado bueno a la vida por momentos. En “El Hombre en Busca de Sentido”, los prisioneros que realmente vivían una vida extremadamente infame, recurrían al humor y a reuniones artísticas, de esa forma, evadían la realidad y pasaban el tiempo, buscando la felicidad en donde no existía, era su manera de sobrevivir.
Los seres humanos solemos explotar tras soportar un acoso continuo, por lo que no es una sorpresa descubrir que aquellas personas que han sido acosadas empiecen a infringirle su daño emocional a otro. Según “Awepsicologia”, uno de los mecanismos de defensa principales es el de desplazamiento, “Es el proceso mediante el cual la mente inconsciente se encarga de desplazar emociones negativas hacia otra situación, objeto o persona”. En la vida cotidiana esto se evidencia a través de los “bully’s”, personas que tras vivir situaciones inconvenientes en su vida diaria y/o personal deciden desahogarse haciéndole sentir a otros lo que ellos sienten, es una forma de reflejar sus sentimientos, su propio yo, de esta manera piden ayuda. En “El Hombre en Busca de Sentido” el autor menciona esta circunstancia, los prisioneros, al salir del campo de concentración, de su tortura constante, deciden salir a oprimir a individuos débiles, pasan de ser oprimidos a opresores, buscando así demostrar el dolor que sienten, reflejándolo en otros, intentando sentirse con un poder tras haberse sentido vulnerables perdiendo el sentido de sí mismos como personas, haberse sentido como simples objetos, necesitando así la atención y las riendas, el dominio.
La madurez adquirida por personas que han vivido hechos tan impactantes, tales como: la vivencia en un campo de concentración, la presión permanente de pensar morir en cualquier momento los lleva a valorar una cantidad de aspectos que las personas usualmente no toman en cuenta, pues dan muchas cosas por garantizado. En momentos tan cruciales, cuando realmente cualquier segundo puede ser el último, la vida cambia, las prioridades también, esas cosas que parecían importantes, como por ejemplo la mancha en la camisa, el examen reprobado, la limpieza de la casa pasan a otro plano, ya no son importantes, lo que el ser humano necesita es amor, no el placer, refiriéndose sólo a que aquellas necesidades físicas, las personas comienzan a recordar con nostalgia memorias de la vida que en algún momento tuvieron, ya que prefieren imaginarse ahí antes de vivir lo que realmente está ocurriendo. Adicionalmente, buscan algo a lo que aferrarse para continuar manteniendo algo de esperanza, algo a lo que deban regresar, hijos, esposas, hermanos… En el libro “El Hombre en Busca de Sentido” el autor hace mención a los sentimientos y pensamientos transcendentales, la importancia que obtienen, se vuelven cruciales para los prisioneros, ya que son la forma en la que pueden llegar a otro lugar, obtener lo que necesitan para continuar, la esperanza que poco a poco se pierde se recupera con el pensamiento y recuerdo de lo que antes era la vida de verdad.
Las necesidades de cada ser humano son diferentes, lo que para la mayoría es común, es la indisposición de vivir rodeados por sentimientos negativos, ya que el objetivo de vida es llegar a estar paz, al punto en el que lleguemos a estar tranquilos. En el momento en el que el cuerpo se sienta violentado por algo externo que no le permita llegar a esa meta, recurrirá a alguna herramienta, de la cual se aferrará para obtener paz y tranquilidad. Mecanismos de defensa que lo guiarán a mantener la sanidad, paz interior.