Pablo Cabrejos 10°B
“El futuro pertenece a aquellos que creen en la belleza de sus sueños” – Eleanor Roosevelt.
En las últimas décadas el mundo ha cambiado más rápido con respecto al progresivo cambio que se ha evidenciado durante siglos, esto conlleva tanto buenos como malos aspectos para el hombre. Es importante resaltar que los avances tanto tecnológicos como sociales han logrado ampliar de forma evidente la cantidad de posibilidades que una persona puede llegar a tener. Así que, sin importar el estado económico, social o étnico de una persona, esta puede cambiar su futuro y seguir sus sueños gracias a la característica de la sociedad actual, como el entretenimiento y su apoyo a la gente talentosa. Por esto se debe seguir y enfocarse en los sueños, para poder alcanzar un futuro más bello.
Con respecto a lo dicho anteriormente, apegarse a la realidad establecida por la familia, la tradición o incluso recorrer el camino más fácil y seguro es un error bastante común, cuando menciono error, no quiere decir que esté mal escoger un futuro seguro, pero ciertamente se ha podido demostrar que la plena y prospera felicidad es un camino estrecho y lleno de obstáculos y que por lo tanto solo aquellos que no se resignen de seguir por las dificultades tendrán la merecida satisfacción.
Según Stanisław Lem. “Un sueño sólo puede triunfar sobre la realidad si se le da la oportunidad”. Es importante aclarar la errónea idea que se tiene de que solo basta con perseverar y dejar tanto los sentimientos como el cansancio de lado para alcanzar las metas. La gente por lo general cesa de seguir soñando cuando encuentran excusas lógicas y racionales para excusar su falta de perseverancia y compromiso, como cuando abandonan sus sueños solo por el hecho de haber fallado a la primera vez. No se debe resignar ni tampoco empeñarse en lograr un objetivo porque cualquiera de los dos involucra en cierta medida resultados contraproducentes, entonces ¿qué se debe hacer? Aprender, es aprender el resultado de intentos falidos y al ser aplicados se avanza de forma efectiva hacia la meta final.
En conclusión, el intento de prevalecer las metas o los sueños sobre la realidad, es decir la aberración excesiva a estos mismos, es un desacierto; ya que no se puede lograr el bienestar fuera de la realidad. Pero tampoco se debe abanar la realización de las metas ya que involucra malestar y desconsuelo. Entonces la forma correcta de ser relativamente feliz no es empeñándose, sino ir aprendiendo de las experiencias y entender los errores, para así tomar las mejores futuras decisiones. Unas veces será perseverar y otras veces será cambiar para escoger el mejor camino, pero se debe sobre todo evitar los malos efectos como el estrés y la ansiedad para evitar que el sueño se convierta en una pesadilla.