Felipe Valencia Upegui
Jimmy se encontraba en un callejón lúgubre, personas con apariencia malvada, escoltado de dos hombres que ni su cara les alcanzaba a ver.
1986, Un niño llamado Jimmy vivía en un pueblo muy concurrido por carruajes que transportaban algo, Jimmy siempre se interesaba mucho por lo que llevaban esos carruajes, sin embargo, dirigía la mirada directo a los esbeltos caballos, grandes, fuertes, con un muy buen pelaje, con las patas peludas, él se los imaginaba con grandes armaduras, en guerra, destrozando todo a su camino, los admiraba mucho y siempre soñaba con tener uno.
En la mañana siguiente, perturbado por el sonido del carruaje, de sus ruedas de madera contra las piedras de aquella carretera sin pavimentar. Aturdido sin saber lo que sucedía se despertó rápidamente a mirar por la ventana, este carruaje era un poco distinto a los que veía normalmente, llevaba un gran cuerpo de carga, con tablas de madera pintadas, parecían hechas como para cuentos infantiles, Jimmy se interesó mucho, por lo que velozmente se cambió de ropa y salió a perseguir el carruaje, dejando la puerta de su casa abierta. Su madre se percata de que la puerta estaba abierta pero dos horas más tarde, Jimmy ya estaba lejos.
Justo cuando Jimmy salió de su casa ve el carruaje detenido, un hombre de aspecto no muy agraciado, obeso, bajo, con un estilo de traje de detective, con sombrero grande y oscuro, este señor dobló en una esquina y Jimmy lo persiguió, pero lo perdió de vista, no sabía dónde se había metido aquel señor. Después de media hora, el hombre salió, pero con tantas tablas en la mano, que ni suficiente visión tenía para caminar, las tablas tenían las mismas medidas que las del camión solo que no estaban pintadas, a Jimmy le dio mucha curiosidad por lo que justo cuando el señor colocó las tablas en el camión de carga, Jimmy se montó en este, sin saber a dónde iba, sin saber cuán lejos lo podría llevar. Después de un profundo suspiro Jimmy cerró los ojos… había muerto.
Esto fue lo que soñó y pensó, ¿Será una señal? ¿Me pasará algo? ¿En dónde estoy? ¿Volveré a casa? Por lo que, con el corazón todavía exaltado, miro por fuera del camión ¿Un pueblo? Este se veía no muy límpido, con un aspecto frío, de antaño.
Después de un tiempo el camión se detiene, dos hombres empiezan a descargar las tablas y se dan cuenta de que Jimmy estaba al fondo y gritan ¡Mercancía! Jimmy se confunde
-¿Qué? ¿Cómo qué mercancía? Lo bajaron a la fuerza y lo llevaron a un callejón lúgubre, allí se encontraban personas con apariencia malvada, escoltado de estos dos hombres, que ni su cara les lograba distinguir, lo llevaron hacia una puerta, esta se encontraba bajando unas escaleras. Justo cuando la abrieron, tablas, le parecieron familiares, eran muy iguales a las que transportaba el camión, pero había algo más ¡Niños!
Esta era la razón por la que las tablas estaban pintadas infantilmente, ¿Ya que iba a suceder? ¿Qué van a hacer conmigo?