¿Impostor?

Alejandra López Franco 10ºA

¿Se darán cuenta? Este pensamiento en algún momento pasó, o pasa, por nuestras cabezas cada día, pero ¿A qué le tenemos miedo ? ¿Acaso creemos que somos fraudes? 

Minorías quienes son juzgados por la sociedad cada día sufren frecuentemente el síndrome del impostor, que es “el hecho de asumir que tu éxito es cuestión de suerte y nunca lo achacas a tu inteligencia sino a factores externos o al hecho de que hayas tenido que trabajar muy duro para lograrlo” (Dra. Baida Gil). Pero ¿Por qué normalmente a las minorías? 

Lobo, Oveja, Granja, Biblia, Impostor, Ocultar, Furtivo

Las personas de la comunidad LGBTI+, las personas negras, las mujeres o las personas con discapacidades, han sido juzgadas por la sociedad por un largo tiempo, particularmente más cuando logran algo que se merecen y que trabajaron por aquello.  

Preguntas como “¿Yo qué hago aquí?”, “¿Acaso me merezco esto?”, “¿Soy lo suficientemente bueno?” y muchas más, pasan por la cabeza de muchas de las personas que han sufrido de este síndrome, pero todas estas preguntas te reafirman que estás donde quieres gracias a tu trabajo y no por suerte, como muchos creen.  

Existen dos niveles del síndrome del impostor: uno que desaparece con el tiempo y la experiencia, y otro que empeora con el tiempo; este síndrome está muy ligado al pesimismo defensivo, cuando siempre decimos o comentamos cosas pesimistas sobre nuestros logros o el proceso que estamos desarrollando, y ahí es donde empiezan “dudas acerca de la propia habilidad, el miedo al fracaso y el mantenimiento de unas bajas expectativas de resultado” (AECP). También aumenta sus niveles de estrés y afecta a su productividad porque a menudo postergan tareas o bien trabajan demasiado duro para justificar que su éxito se debe al duro trabajo y no a su talento” (Aida Baida). 

Profundizando un poco más la cita anterior, estas personas justifican sus logros no gracias a su capacidad, habilidad o inteligencia, si no a lo duro que trabajaron y todo lo que tuvieron que hacer para llegar a esta meta.  

La mejor solución para este problema es hablarlo con alguien o esperar a que desaparezca con el tiempo; para eso están los psicólogos, amigos y familiares que nos pueden escuchar y ayudar a buscar una solución a este sentimiento, o por otra parte interiorizar un poco para saber qué es lo que te genera esta inseguridad, para así poder trabajarlo. 

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